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Una partida de ajedrez con Estefan Zweig

Una partida de ajedrez con Estefan Zweig. Sí. Jugarla, jugársela. O leerla. Leerla de su propia letra, en suspenso y con extrañeza o asombro por lo que vendrá, jugada tras jugada, página a página. Es la breve novela del escritor austríaco Estefan Zweig (1881-1942) nacido en Viena y fallecido en Petrópolis, Brasil. Y no hay duda, sin ser una novela de suspense propiamente dicha, nos envuelve y nos captura aun desde su primera página, obligando a preguntarnos por el origen de la fenomenal capacidad ajedrecística de los dos protagonistas.

Tres o cuatro partidas de ajedrez inolvidables para quienes dan testimonio de ellas, incluido el lector, por supuesto. Sobre eso discurre la historia de Una partida de ajedrez, publicada por primera vez en 1943 bajo el título de Novela de ajedrez. ¿Pero sólo eso, y nada más? No, tratándose de que juega el campeón mundial Mirko Czentovis, un joven prodigio verdaderamente espeluznante, contra el misterioso y desconcertante doctor B. Muy kafkiano, ¿verdad? Invitamos a nuestros lectores a visitar otra de nuestras magníficas entradas. Por ejemplo: https://salkedus.com/el-sorprendente-orden-alfabetico-de-juan-jose-millas/

Nosotros, Salkedus, lectores ávidos y ansiosos por dar apertura a la partida que jugamos desde sus páginas, convertidas cada una en laberínticos escaques, seguiremos la trama. Sobre todo en las postrimerías del relato, cuando se juegan las dos últimas partidas. Seremos testigos mudos y paralizados, viendo aquellos dos seres, sin duda anormales y excéntricos, casi locos…

“El niño se quedó avergonzado y perplejo en un rincón, sin levantar la mirada hasta que se le llamó a una de las mesas de ajedrez. Mirko, que en casa del cura nunca había visto la llamada defensa siciliana, quedó derrotado en la primera partida. La segunda se la disputó el mejor jugador de aquel círculo, y empataron. De entonces en adelante, Mirko ganó todas las partidas, una tras otra.”

Por allí se van las partidas, hasta llegar a las líneas – o jugadas – que dan cuenta del sorprendente contrincante que, a bordo de un barco, debió enfrentar Mirko Czentovis, vuelto ya campeón mundial del ajedrez. Se trata del extraño doctor B., salido de la nada, como un curioso más de entre quienes observaban cierta partida en la embarcación. Pero no, no era un curioso más. Se trataba de un ex prisionero que…

“Los interrogatorios, en primer término, me probaban que pensaba más clara y concisamente; en el tablero de ajedrez me había perfeccionado, sin pensarlo ni saberlo, en la defensa contra coartadas, amenazas falsas y subterfugios encubiertos; a partir de entonces ya no ofrecía ningún instante más de debilidad frente a mis inquisidores e incluso tenía la sensación de que los agentes de la Gestapo empezaban a considerarme con cierto respeto. Es posible que en secreto se preguntasen, viendo sucumbir a todos los demás, de qué fuentes ocultas únicamente yo sacaba fuerzas para tan inmutable resistencia.”

Salkeditas, lectores de nuestra página, juguemos Una partida de ajedrez con Estefan Zweig. El propio autor les invita. Y si temen ser derrotados, ubíquense cerca del tablero de juego y no pierdan de vista ningún movimiento, por engañoso que sea. El ajedrez trata de eso, de ir celada tras celada, hasta que caiga el rey contendor. No olviden la frase del propio Zweig: “la atracción misteriosa del «juego de reyes», el único (…) que se sustrae soberanamente a toda tiranía del azar y otorga sus laureles de vencedor de un modo exclusivo al espíritu…”

Bebemos de la versión publicada o disponible en Lectulandia: https://ww3.lectulandia.com/book/una-partida-de-ajedrez/

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