Holandeses no. Vascos. Aunque su nombre alude a van Gogh, (lo he visto escrito Van Gogh y también van Gogh) el famoso pintor holandés que en medio de sus yoes iconoclastas y heterodoxos, viviendo en la ciudad de Arlés (Francia), en medio de extraños remordimientos y alguna locura, se mutiló una oreja o parte de ella, La Oreja de Van Gogh es un grupo de pop-rock del País Vasco, surgido a finales de los noventa y que hasta hoy día nos complace con sus interpretaciones frescas y juveniles. Muchos lo comparan con Mocedades u otros grupos españoles otrora muy en boga. Incluso con el sueco Abba. El gusto está…
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La Sole, qué nadie sepa mi sufrir…
Qué Nadie Sepa Mi Sufrir es el título de este bello vals típico del sur de América, en este caso de Argentina, lugar de donde es Soledad Pastorutti (1980). La Sole, como le dicen allá. Bella cantante de la música popular y folclórica de la Argentina, poco conocida en Venezuela, de hermosa y potente voz de contralto, redonda e impostada. Hasta muy engolada a veces pero brillante si es necesario. Poncho al viento Dinámica en escena y hoy ya, símbolo de la nacionalidad. Poncho al Viento, uno de sus álbumes musicales, es también su emblema o logo; es decir, su propia silueta batiendo un poncho – una ruana, quiere decirse…
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Sonoras letras…
Insistí hasta que hallé entre mis estantes, entre páginas plenas de letra y sonoridad de flipflap, ojeándolas y hojeándolas, un fragmento, por fin, que me hiciera una síntesis entre estéticas del relato y redondos sonidos sinuosos. ¿Quién hallara una infinita capacidad de gozo, de aliento y de inspiración sin límite, para instantáneamente adquirir la fe de tocar un instrumento dulce y tibetano; o uno vibrante y celta; o uno perfumado por los ébanos tristes del África en su sin fin diáspora? O uno imponente de bronce y cobre de los ítalos. O intangible y templado de germanos o francos… ¿O de mixtura voluptuosa hispanoamericana…? ¿Por qué tocar un instrumento…
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Dos hijos, un hijo dos veces, dos veces hijo
En una tarde lluviosa, triste para unos, alegre para otros, goterones benditos sobre la árida tierra, goterones enormes sobre la arisca pendiente sin manto de vegetación alguna, resbaladiza muerte para unos, extracción ególatra del oro ajeno; música de aguas violentas sobre Guri para otros. Lloran éstos, cantan aquéllos y sigue una precipitación arrasando de un qué sé yo pájaro su nido recién formado en una canal de mi techo. Manantial cercando la sed sin darle lugar. Clamaba el sembrador y su ruego escuchado fue. Por sus hijos sin fuerzas ellos, con fuerzas muchas gritaba él diciendo: “No. No sólo son mis hijos”. Son los muchos hijos, son todos los de…
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«Amor es el pan de la vida…»
“Amor es el pan de la vida, amor es la copa divina, amor…” Así escribió un inspirador día del año de 1935 el portorriqueño Pedro Flores, compositor del bolero Obsesión. Residiendo en Nueva York creó el Cuarteto Flores, (aunque nunca fue cuarteto, fueron más integrantes e incluso según se sabe, llegó a ser toda una orquesta, manteniendo el mismo nombre. No sé por qué, vaya pues) del cual formaban parte dos cantantes: un tal Panchito Rizet y otro más conocido, Daniel Santos, a quien las nuevas generaciones tal vez hayan escuchado mencionar cuando hablan los abuelos. Diego El Cigala, (España, 1968) el cantante que acercó el canto andaluz, el bolero,…
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Recuerdos de La Alhambra
Mientras tañen las cuerdas del guitarrista Narciso Yepes (en su versión de Recuerdos de La Alhambra, del compositor español Francisco Tárrega), yo me pongo a decir que en España hay una región llamada Andalucía, donde está emplazada la más turística ciudad española, Granada. Y allí están los palacios árabes, hispánicos y españoles – qué lío, no son lo mismo – de la ciudadela de La Alhambra: azulejos, mosaicos, fuentes, jardinería, cedros, ébano, cristales, arrayanes… Veo hermosísimas y virtuales galerías de fotografías y en eso estoy cuando me digo: ¿no podemos encontrar entre las calles de los palacios de la ciudad hoy española y por siempre árabe de Granada, los pasos…
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Vivo por Ella. Vivo por ella nada más…
Gatto Panceri, compositor italiano trajo al infinito mundo de la música – y a Musikalos, el link de música en nuestro blog – esta hermosísima creación de la ópera pop, Vivo por Ella, muy conocida ya, sobre todo en versión del gigante Andrea Bocelli al lado de la cantante y compositora gallega Martha Sánchez. Pero no; esta vez los invito a escucharla en versión de la colombiana Sara Tunes y el también colombiano y poco conocido pero sólido tenor Milton Rodríguez. “Es la musa que te invita… a tocarla suavecita… en mi piano a veces triste, la muerte no existe si ella está aquí…”. Así escribió y así cantan estas…
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Qué hacer con estas líneas que tan cercanas susurran
No sé qué pensar de esas breves líneas que Rosa Montero acopló en su novela Lágrimas en la Lluvia (Seix Barral, Barcelona, 2011) para bien o para mal de sus interpretativos lectores. Qué hacer con estas líneas que tan cercanas susurran. ¿En qué o en quién tengo que pensar? Sigo sus creadoras líneas, que si ficticias, que si imaginarias, que si basadas en hechos; de todo podemos decir; de todo podemos crear, escritores y lectores. Dijo ella: “Octavio Augusto se convirtió en el primer emperador romano porque la República le otorgó inmensos poderes. ¿Y por qué hizo eso la República, por qué se suicidó para dar paso al Imperio? Tácito…
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Siempre Borges
Siempre Borges, el argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), siempre nos ha sorprendido con su verbo de pluma profundísima y eterna, entre dos aguas, entre dos hadas, entre dos océanos de verbo, enigmas y dédalos como rollos de papiro emergiendo de una mente milenaria y erudita. Nos hace balbucear cuando queremos ubicarlo entre esos dos universos de paredes sin estuco ni fierro en donde escribió: la literatura y la filosofía, esta última puesta como cuñas mesopotámicas entre sus metáforas, sus tropos, giros y narraciones, alimentando como afluentes de un gran río,ensayos y poemas que colgó en su tela infinita de lucidez, para nosotros. Otra entrega nuestra relacionada al tema está en:…
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Calor «garciamarquiano»
Calores del febrero de ahora, ensoberbecidos contra una Mérida otrora húmeda y fresca, más acuosa y menos palpitante que el rechinar de la calina sobre nuestras extrañadas nucas, me han devuelto a una página de García Márquez dibujada sobre el pertinaz reverbero de un no se sabe dónde ni cuándo de calor que ni Macondo pudiera ya identificar. Ni la viuda de Montiel, ni Eréndira, ni Amaranta Úrsula, ni el padre Ángel, ni Melquiades con su magia siquiera, pudieran devolver o hacer regresar a la Mérida de aquellos fríos voluptuosos y redondos, neblinosos de moho y trigo que siempre en blanco y negro condenados a ver estamos. Un calor sin…