La czarda (o zarda), pieza musical del folclore húngaro; o gitano; o croata; o búlgaro, se difundió en toda Europa oriental y requiere de la mejor técnica del ejecutante — los dedos mágicos de la czarda — para que exprese su alma y espíritu. Del músico y de los bailarines, porque también la czarda se baila. De hecho es una danza rural, de inicio.
Aunque Salkedus no pretende negar los orígenes húngaros de esta danza-música, se entiende que al pertenecer al folclore, se extendió desde siglos atrás, en virtud de las infinitas versiones que cada pueblo hizo y hace de ella.
Acerca del significado de folclore: https://definicion.de/folklore/
Los danzarines visten de colores para exhibir sus virtudes en vertiginosos giros. Pero eso ocurre luego de que ha transcurrido la primera parte de la danza, que es lenta y llena de sugerentes notas, redondeadas por las cuerdas del violín o de la bandolina. Después, sobreviene el tiempo musical — tempo — muy rápido que exige a los bailarines destreza y agilidad. Incluye un vigoroso zapateo, zapateo que tal vez influyó en el flamenco, pero eso es otro tema.
Mientras tanto hagan clic en algo español con acordeón: https://salkedus.com/francisco-alegre-alegre-pasodoble/
Queremos ahora destacar la técnica extrema exhibida por los tres ejecutantes del video que adjuntamos abajo, especialmente de la joven Ksenija Sidorova, la bella acordeonista, quien pareciera ver la propia alma de la música. Dedos mágicos de la czarda, decimos. Orquesta, acordeón, violín y clarinete, como regalo desde el blog para admirar esta buena música, una vez más. Ella es una acordeonista letona de apenas treinta y cinco años que destaca por su versión de Carmen, de Bizet; y por sus virtuosas interpretaciones del argentino Piazzolla. Álbumes: Piazzolla Reflections y Classical Accordion.
Una vez más, aquí… https://youtu.be/XIJM2kZgYiI
