AlPieDeLaLetra

Caminante nunca atrás…

Antonio Machado, caminante, nunca atrás, es uno de los más grandes poetas de las letras hispánicas, nacido en España, en Sevilla en 1875 y muerto en Colliure, Francia, en 1939, es archiconocido por su bello e inquietante poema de “Caminante no hay Camino”, aunque muchos creen que las certeras y profundas estrofas son del también español Jean Manuel Serrat. En realidad este último puso música al poema.

Estos versos evidencian la profunda convicción existencialista habida en el alma del poeta. Como se sabe, el existencialismo es una tendencia o postura artística que deja al hombre la posibilidad de ser el hacedor de su propia vida, con lo cual se opuso a otros muchos, atraídos por la distorsionada luz del fatalismo determinista.  Acerca de esta corriente, que también es filosófica, pueden ir a:  https://www.culturagenial.com/es/existencialismo/

Les invito a conocer dos o tres líneas de Machado, quien nos dejó:

“Todo pasa y todo queda,

pero lo nuestro es pasar,

pasar haciendo caminos,

caminos sobre la mar.”

(…)

“Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

Caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace el camino,

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino

sino estelas en la mar.”

Entonces Salkedus os dice que la vida no es sino un pequeño fluir de horizontes a escoger. Un segundo de recuerdos atrapado entre la perplejidad del pasado y la certitud del fin que siempre espera y nunca espera.

No detengas aturdido, el tejido del telar…

No detengas aturdido, el tejido del telar, el telar donde tu propia vida tejes. Date cuenta de tu unicidad y abandona la grey atontada que sirve ciega al líder, al ídolo. Date cuenta de ti; envía con fuerza tus pies adelante, vuélvete solo para saber quién eres pero también sin parar, llega tu vista al último de los horizontes y hazte camino. Mira otra de las entregas del blog, hablando a la vida:  https://salkedus.com/para-que-el-apuro/

La vida ni siquiera llega a ser; es apenas un breve riachuelo. Bebe entonces pronto. Bebe a pequeños sorbos, sacia al caminante. Hazte caminando. El camino que eres, ese no espera…

¡Pronto, a la lectura, venced las sombras que apagan vuestros ojos lerdos…!

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