CabezaACabeza
AlPieDeLaLetra

El poder de decidir de mandar de tener


El poder de decidir, de mandar, de tener. Soberbios y ajenos cuando lo tienen… Palabras más, palabras menos, dice Abdulá, uno de los personajes de La hermandad de la buena suerte, novela del escritor, pensador y ensayista español Fernando Sabater (1947). El personaje se refiere al poder, al poder de domeñar, organizar, mandar y dirigir, obtenido por unos sobre otros. Hablamos de gobernar o decidir, sencillamente.

El poder, el poder del dinero y la posibilidad de comprar casi cualquier cosa, es una de las vetas explotadas por Sabater en su relato, conducido a través de una historia de hipódromos, caballos, jinetes, fanáticos, grandes propietarios de caballos, y un jockey sobresaliente que ha sido secuestrado…  Mira bien en: https://www.noticaballos.com/carreras-de-caballos.html

Galopando hacia el destino

Abdulá es uno de los personajes secundarios de la trama, pero en los fragmentos traídos hoy por nuestro blog, desata no poco interesantes reflexiones sobre el poder, las riquezas materiales y sobre todo acerca de la Voluntad de Alá (Dios) cayendo sobre estos asuntos mediante la acción de quienes se consideran elegidos por Él para algún fin trascendente. En este caso, Abdulá es un fotógrafo de cierto periódico que acude a un gran hipódromo junto con una periodista, para entrevistar a uno de los magnates del hipismo. Pero…

Pero Abdulá es uno de estos elegidos de Alá. O él se considera tal. Y entonces entre su equipo de fotografía trae también su Arma – su arma simplemente, cuya importancia es resaltada por el autor con el uso de una mayúscula inicial -, una bomba, que deberá hacer explotar en algún momento, en medio de la cuarta carrera de esa extraña tarde.

No hay poder bueno, dice…

“…es la intensidad del poder la que buscas y reclamas, ninguna otra. El poder que mancilla, que expolia, que atropella, que suprime o soborna las voluntades, el poder cuyo sueño produce todos los monstruos… pero cuya intensidad es la droga más potente que se conoce. Tú eres un vicioso del poder (dice o piensa Abdulá de El Sultán, el magnate propietario y poderoso jeque de los caballos), un drogadicto. Y la gran verdad es que no hay poder bueno (piensa el fotógrafo), al menos en este mundo.

Un día también él, Abdulá, creyó… pero ahora ya sabe que no existe poder terrenal aceptable, solo apisonadores de la dignidad humana. Hace falta acatar el poder de Alá, rendirse a Él, para salvar a los hombres del poder vicioso de sus semejantes. Someterse a Dios libera de todos los vasallajes y permite cualquier rebelión, por audaz que sea. ¡Hágase Tu voluntad y aniquílese cualquier otra voluntad, humana, pecadora!” (p. 196).

Y Sabater agrega:

“Abdulá lanzó otra ráfaga de instantáneas, mientras pensaba: los caballos pueden ser de varias categorías, pero los humanos pertenecen todos a la misma. Desvalidos y estimables cuando carecen de poder, arrolladores y falaces – ¡odiosos! – cuando lo consiguen. Pero la insobornable voz de su Arma, el momento se acerca, será más pronto que tarde, pondrá a cada cual en su sitio: y Alá reconocerá a los suyos.”

Las citas se tomaron de la edición impresa de la Editorial Planeta, Caracas, 2008.

Otra interesante entrada de nuestro blog y a la cual te invitamos es: https://salkedus.com/dos-laberintos/

Deja una respuesta