De Pablo Neruda, una poesía sobre el padre río…
Yo nado las tibias aguas de mis sueños. Nado la tundra helada de mis desvaríos. Me enfrasco en los remolinos de amor de mis recuerdos. Resbalo en la verdosa piel del impasible canto rodado del disgusto. Y sumerjo mi andante y cansada cintura entre los jacintos y los nenúfares de la vida.
Pero jamás de los jamases me atreveré a soñar con él, con el río Amazonas, allá en sus predios, dejándome llegar a sus orillas para temeroso por no levantar su arcaico y menudo lodo, caminar adentrándome en sus negruzcas, todo poderosas espumas y burbujas.
La ola mágica de la Pororoca
No quiero aún soñar ningún embeleso con su desconcertante y de escalofríos llena, pororoca. Ni siquiera escuchar su rugido sin fin, de los tiempos. O imaginar si soñar. Hacerlo tangible, por siempre jamás, ni intentarlo. Sé nadar otras aguas. Pero de las aguas del Marañón, tu otro nombre que atrevidos te dimos, nada digo y ni cantarte me atrevo.
Cuando estás seco, cuando ardes, gran río… Ver enlace: https://salkedus.com/silva-criolla-a-proposito-de-la-sequia/
Pablo Neruda
Sólo Pablo Neruda, nacido en Parral (Chile), en 1904 y muerto en Santiago en 1973, hecho poeta, cantó a semejante volumen móvil y detenido a la vez, a esa monstruosa masa líquida dueña de medio mundo que aún aguarda nuestras reverencias sinceras. Sólo Neruda decía, en su Canto General, se acercó a ti y tuteándote y bajo el título de Amazonas, dictaminó estas líneas:
Amazonas
“Amazonas,
capital de las sílabas del agua,
padre patriarca, eres
la eternidad secreta
de las fecundaciones,
te caen ríos como aves, te cubren
los pistilos color de incendio,
los grandes troncos muertos te pueblan de perfume,
la luna no te puede vigilar ni medirte.
Eres cargado con esperma verde
como un árbol nupcial, eres plateado
por la primavera salvaje,
eres enrojecido de maderas,
azul entre la luna de las piedras,
vestido de vapor ferruginoso,
lento como un camino de planeta.”
De Canto General, (primera edición, 1950) uno de los muchos poemarios de Pablo Neruda.
Un libro, una joya, a la espera de otra joya, a la espera de un lector…