De compases atangados es la versión que entrega Diego El Cigala de la más bella canción de todos los tiempos: Caruso. La pieza lleva el nombre de uno de los más grandes cantantes líricos de todas las épocas. Hablamos de Enrico Caruso, italiano nacido en Nápoles en 1863 y fallecido en la misma ciudad, en 1921, como lo habíamos dicho ya hace algunas publicaciones atrás en https://salkedus.com/musikalos/
Historia de amor imposible
La letra de esta canción cuenta una historia de amor como muchas, entre un viejo, en este caso un maestro del canto ya retirado – el propio Caruso, la historia es real – y su joven discípula. Una vez más el tiempo juega en contra. Una vez más la vida pasa recogiendo lo que de ella hemos tomado. Y el enamoramiento de ambos, pero especialmente el del anciano, se torna en congoja y desesperanza; y en triste imposible, bajo la mirada de quienes alrededor cuchichean.
Pero sobre todo, un amor a todas luces utópico, tras la inminencia de la muerte del antiguo tenor.
Sorrento profundo, irreversible…
Todo transcurre en Sorrento, costa romántica y telúrica, cubierta tras los compases del piano, ejecutados por el gran cantante, máximo triunfador otrora en los mejores escenarios operísticos del mundo. El drama del mismo modo, se cubre con los trinos aprendices de la niña…
Por cierto, para esta versión, otra vez debemos decir: “de lo bueno, si es poco, dos veces bueno”. La de Diego El Cigala, como les dije antes, no solo es atangada, en el sentido de cercana a compaces de tango, con aire de tango, parecida a…; sino que son bellísimos los acordes del contrabajo, acompañando la tristeza, pero también el efluvio encantador de toda la pieza, bajo la técnica vocal heterodoxa de El Cigala. Es Cigala con Caruso.
Disfrútenla ya. Salkedus invita en: https://www.youtube.com/watch?v=6xiYiiSeTI4