Muy a propósito de este monstruo de la sequía que no nos suelta, de estos embalses maltrechos de excusas, de esos gigantes calcinados, de ese Padre Río que tenaz sigue avanzando, muriendo casi, les dejo una clásica pieza del género Salsa. Se llama: “Lluvia de tu Cielo” y está a cargo de dos colosos: Rubén Blades y Willie Colón.
Vayan a Salkedus en su enlace: De Pablo Neruda, una poesía sobre el padre río…
No es el Amazonas. Somos todos: bosque, selva, sabana, ríos…
Se agrieta el suelo otrora generoso y fértil; humean los cerros manos crispadas pidiendo fluidos. En vano sobrevienen recuerdos de vaguadas e inundaciones. El ganado deambula muriendo. Una isla se encierra. Predomina el gris y el ocre a cada lado de las infinitas carreteras. El aire vacío domeña tuberías y caños.
El fuego arde y despiertan los gigantes, para morir en el fuego que sin control arde. Los pájaros de la abuela nada hacen. No pueden, el calor, el mismo calor seco que mató a casi toda la producción de gallinas en las tierras bajas, se lo impide. El mismo calor que hace huir hacia la nada, al
reptil depredador ; o a la tenue mariposa. Silva la selva, sálvala el hombre…
Dice el verso de la canción: “…si la siembra se muere sin nada me quedo…”
Oigamos la canción. Algo es algo. Nos anima a seguir, nos reconforta el espíritu con su cadencia incontrolable…