PartituraYSombra
AlPieDeLaLetra

Mi ser fluye en tu música

Mi ser fluye en tu música. Así dice el poeta venezolano Vicente Gerbasi (Canoabo, 1913, Caracas, 1992) en una de sus poéticas líneas. En este caso, en el poema Bosque de música, publicado por vez primera en la revista literaria Viernes, y sin duda, al son de su ofrenda a su musa. Y a la música que deja la amada en el vago silencio de su fuente, fuente de ojos oblicuos que quieren y no quieren sujetar al amante embelesado.

Una interesante nota sobre la revista la tiene Carmen Virginia Carrillo en: https://eldienteroto.org/wp49/viernes/

Salkedus, fiel a su filosofía de seguir los espacios naturales y libres del goce estético, prefiere no hacer análisis literarios exhaustivos; mucho menos si se trata de poesía, como en el caso. Preferimos ofrecer la libertad de una lectura desprejuiciada de cualquier estudio, aún de los más sesudos, que si duda los hay. No obstante, sí diremos que la citada revista fue creada en 1936 por el grupo del mismo nombre, creado también en ese año, figurando Vicente Gerbasi como uno de sus fundadores.

No obstante, hay otros movimientos artísticos, nacidos de la dinámica cultural y de cada contexto. Otro de éstos es el llamado criollismo, uno de cuyos representantes en América de habla hispana fue Lazo Martí. Véase aquí:https://salkedus.com/silva-criolla-poesia-de-lazo-marti/

Torciendo el cuello al cisne

“Hay que torcerle el cuello al cisne” era la frase acuñada por los escritores que como los de la revista, reaccionaban contra la corriente literaria del modernismo, aludiendo con la expresión, a una de las figuras recurrentes de Rubén Darío, representante máximo en América de esta corriente. En efecto, siendo el cisne símbolo de la belleza clásica, del amor, de la inspiración, tuvo en Darío a un fiel servidor, se diría, siempre volteado éste hacia el Renacimiento. De hecho, dijo Rubén Darío en su poema emblemático, que «…bajo tus alas la nueva poesía concibe (…) la Helena eterna…»

Entonces, para dar paso a una lectura diáfana y directa, sirvámonos de la pluma del propio Gerbasi, sin intermediación alguna, y vivamos brevemente en estas líneas:

Mi ser fluye en tu música,
bosque dormido en el tiempo,
rendido a la nostalgia de los lagos del cielo.
¿cómo olvidar que soy oculta melodía
y tu adusta penumbra voz de los misterios?
He interrogado los aires que besan la sombra,
he oído en el silencio tristes fuentes perdidas,
y todo eleva mis sueños a músicas celestes.
Voy con las primaveras que te visitan de noche,
que dan vida a las flores en tus sombras azules
y me revelan el vago sufrir de tus secretos.
Tu sopor de luciérnagas es lenta astronomía
que gira en mi susurro de follaje en el viento
y alas da a los suspiros de las almas que escondes.
¿Murió aquí el cazador, al pie de las orquídeas,
el cazador nostálgico por tu magia embriagado?
Oh, bosque: tú que sabes vivir de soledades
¿adonde va en la noche el hondo suspirar?

Así es y así ha sido: Mi ser fluye en tu música

Deja una respuesta