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Boquiabierto ante Recoveco

Siete minutos boquiabiertos ante el virtuosismo de Recoveco, el ensamble Recoveco, agrupación de cuatro músicos excepcionales, talento puro – una especie de “Vinotinto de la música…”, constituido por Alexis Cárdenas, mago del violín; Rafael Mejías, prestidigitador de las maracas o capachos; Ricardo Sandoval, formando una infinita cortina con el cuatro; la guitarra es del prestigioso Francisco González; y en el bajo, desde un guitarrón mexicano, a cargo del talentosísimo Nelson Gómez.

Hacía como falta, ¿verdad? Hacía falta una explosión que no fuera de violencia sino de arte, de música venezolana,  pero desde una interpretación sin par, perfecta y sublime como la de estos sujetos. No obstante se me hace gusto y necesidad hablarles brevemente de la pieza que tocan (o remueven o recrean, en realidad). Se trata del Pajarillo, uno de los muchos tipos de joropo que suenan por estas tierras. Pero lo ensamblaron con una pieza clásica para violín, de suma dificultad al ser ejecutada: uno de los caprichos compuestos por el fenómeno del violín Nicolás Paganini (1782-1840), quien es hasta ahora el mejor violinista del mundo de todos los tiempos.

Suene entonces el Capricho 16 de Nicolás Paganini, asediado por seguras notas que encuentran en el joropo su llover de fuego, bajo la impresionante ejecución de este ensamble. La calidad de la técnica del violinista obliga a una mención especial. Estamos ante la superación máxima de la noción de encuentro de técnicas. Lo clásico en mixtura sin complejo, con el folclore de Venezuela. Cualquiera no le ronca a Paganini.

Este enredo, este recoveco de notas fluyendo a toda prisa y en perfecto y sublime orden, sólo pudo habérsele ocurrido a Recoveco. Desde la suma de la calidad con la venezolanidad, un Recoveco…

https://www.youtube.com/watch?v=_cN6cJMK2Yc

 

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