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CriminologíaElectiva

Ensayo literario intento íntimo e intelectual

¡Un ensayo es un ensayo! Un ensayo literario. El ensayo literario es un intento íntimo e intelectual de desatar la furia de la inspiración. ¡No nos compliquemos! ¡No me estoy complicando, profe! ¡Ya estaba complicado desde hace mucho! La vida es complicada en efecto. Y allí está su encanto, su variedad, sus retos y dificultades. Una vida plana no es posible. Además, de serlo sería tediosa y absurda.

Mientras que una vida plena es deseable y se constituye en desafío. Y a veces hasta en una búsqueda profunda y auténtica, aunque eso es más raro, incluso excepcional. La idea es: plena en vez de plana; un reto, en vez de un rato. Una ruta, en lugar de un roto, en lugar de un vacío.

El fuego de la inspiración

El fuego, el fuego donde reinan las salamandras que me han tomado sin autorización, inspirándome, corroe mis entrañas, aunque inspiradas y todo, de solo pensar en ese tal Fonchito, personaje principal de la novela de Mario Vargas Llosa, Cuadernos de don Rigoberto.

Ensayar es también intentar o probar. Este breve ensayo fluye entonces en varias direcciones: hacia las obras leídas en el seminario indicado abajo, hacia los estudiantes que leyeron, quienes me facilitaron el disfrute de la lectura, hacia los autores, hacia la psicología de cada personaje y hacia ese mundo oscuro, difícil y sin asidero llamado “de la ciencia o del saber criminológico”.

Sostengo entonces mi espíritu lector para babear ante el talento de los traductores que de Crimen y Castigo leímos hace unos días; ese talento para sostener el ritmo y la profundidad de la versión original rusa que hiciera en su luz Fedor Dostoievski.

Sin saber ruso…

¿Y es que usted sabe ruso, profesor? No, sino que la emoción, la ansiedad, la desesperanza y hasta el suspenso aparecen a plenitud en medio de esas traducciones, lo cual hace presumir con toda seguridad que en la versión original esas sensaciones aparecen también, acompañando al lector y obligándole a ir página tras página, hasta quedar somnoliento y exhausto tratando de seguirle el trote a Raskólnikov. Mejor que verlo en un film.

No obstante les propongo ir al enlace a cerca de otra de las novelas leídas: https://es.wikipedia.org/wiki/A_sangre_fr%C3%ADa_(novela)

Esa fue la conclusión a la que llegamos todos mientras leíamos en nuestro seminario de literatura y delito – corríamos – con el agua de la angustia al cuello, como la llave que colgaba Aliona, la vieja agiotista en el suyo, cuando era asesinada por Rodión, llamado también Raskólnikov.

Liberado Raskólnikov de su pena, la historia cobra otro ritmo, aún más íntimo o interiorano. Es su encuentro con sus yoes, ahora ya calmados y rítmicos, tras la tormenta de las muertes por él administradas.

¿Cómo puede alguien quedar de pie ante la vida, muy debilitado físicamente pero liberado, reconfortado espiritualmente, después de caer preso, confinado en la Siberia, que no es poco? Sí es posible, es un crimen y un castigo; y diciendo esto no digo nada nuevo, por el contrario, digo un lugar común, y hasta vulgar.

Para una historia general del delito podemos invitar al clic en nuestro enlace: https://salkedus.com/el-control-social-desde-una-vision-historica-texto-completo/

El delito, siempre junto a la culpa…

Pero el problema del delito y la culpa no aparecen mejor en ninguna parte. La criminología debe reconocerlo, bajar la cabeza y callar. O lo contrario, alzar la cabeza y gritar que los saberes son una miel a veces dulce y a ratos amarga pero como toda miel, homogénea, fluyendo entre nosotros y permitiéndonos semejante prodigio dual, contradictorio y fructífero, como lo es el de ser un saber, algo resultado de opuestos – el amargo y el dulce -.

Las salamandras no se queman…

Y vuelven a mí las salamandras y los gnomos de la inspiración diciéndome que escriba. Y pronto, sin detenerme, pues no se trata aquí de un artículo de opinión ni mucho menos un artículo científico apoyado en la vacua estadística, sino en ensayar para ver los propios límites, si es que hay límites, tratándose del arrebato inspirador. Las salamandras no se queman en el fuego.

Sigue dándole al lápiz o al teclado. Si los dedos son más rápidos que las ideas, no escribes nada, solo gagueas. Si ocurre al contrario, estás en el camino. La vida es un camino, una ruta. Y se trata de un ensayo, un intento íntimo e intelectual.

Estas breves líneas fueron escritas en ocasión del dictado del seminario Delito y Control Social en la Literatura Universal, dentro del pensum de la carrera de criminología de la Escuela de Criminología de la Universidad de Los Andes, en Mérida, Venezuela, a cargo del profesor Jesús M Salcedo Picón, historiador y doctor en ciencias sociales y criminología.

La obras leidas: Crimen y castigo, de Fedor Dostoievski; Cuadernos de don Rigoberto, escrita por Mario Vargas Llosa y A sangre fría, de Truman Capote.

Mérida, julio de 2016

Jesús Manuel Salcedo Picón, Dr.

Twitter: @JSalcedoPicon

https://salkedus.com/que-es-salkedus/

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