Se le llama villancico, probablemente porque inicialmente, hacia fines de la Edad Media y en el Renacimiento (siglos XVI y XVII) fueron compuestos, improvisados, tocados y cantados por los villanos, los habitantes de las villas o ciudades de Europa, (al principio pequeñas aldeas y caseríos) en contraposición a los señores de los burgos o castillos, los castellanos, quienes no habitaban aún la ciudad sino sus dominios rurales donde tenían su gran casa o castillo. Lo de villano tiene una connotación negativa cuyo origen lo hablaremos en otro momento.
El villancico, de estrofas sencillas alternadas con un coro o estribillo, nacido entre el pueblo llano o clases populares, poco a poco se fue quedando en los hogares y en las iglesias, para perder fuerza a medida que las tradiciones y creencias la perdían también. Hoy día se asocia con el aguinaldo a lo Divino, el canto religioso místico y sereno navideño, (Noche de Paz, Adeste Fidelis, Niño Lindo…) diferente y distante ya de las alegres parrandas del Caribe, especialmente de Venezuela, donde el sabor candente del mestizaje le inyectó esa cadencia única, irrepetible.
Aunque la canción de la entrega de hoy es un villancico, notarán por sus versos y su ritmo alegre y contagioso, la presencia del elemento de humanización del dios, algo necesario, muy natural, donde los personajes de la Divina Familia se ven entremezclados con nuestra cotidianidad, cercanos y en medio de costumbres y celebraciones: San José toma chocolate y María zurce pantaloncillos. El 18 de diciembre pasado pudieron apreciar, si fueron al clic del blog, subimos un aguinaldo cumanés de lo más cotidiano, audaz, donde el Niño Dios nace en el estado Sucre, Venezuela. Un ejemplo de cómo lo Divino se vuelve común, cercano, como ahora el villancico. No pudo ser de otro modo, entre nosotros los humanos…
Basta el clic de hoy aquí para escuchar un villancico o aguinaldo español, con ritmo muy contagioso y letra fresca y alegre. Hacia Belén va una Burra, se llama.
https://www.youtube.com/watch?v=BjIpjNevyYo