• Recuerdos de la casa de la muerte
    AlPieDeLaLetra

    Morir un tísico y saberlo describir

    De nuevo penetro como testigo, los muros lúgubres y penosos de la prisión rusa de Siberia, pero hacia mediados de 1850, gracias a la pluma de Fedor Dostoievski, quien como dije en otra entrega, la del 25 de enero, estuvo preso en ella en esos entonces. Y hacia esos entonces pude ser trasladado mediante esa fabulosa máquina del tiempo, de la luz, de la vida y de la muerte llamada literatura. En este caso, merced a la novela por éste escrita e intitulada Recuerdos de la Casa de la Muerte, donde vi morir a un miserable recluso víctima de la tuberculosis, echado sobre los trapos y girones más inmundos que…