El Lenguaje es vino sobre los labios. Virginia Woolf Dudo entre ponerme a escribir o dejar que la brisa, el tiempo y unos instantes de vida me corran por la piel. Es que de nuevo estoy contemplando una hermosísima tarde de las cinco y cincuenta minutos, que no cabe casi en mí, vista desde mi balcón de tejados y sonidos caseros. De nuevo pintas, tiempo. Un dilema de lápiz y de tiempo se apuesta a mi alrededor sin dejarme ni escribir ni contemplar. Opto por contemplar, pero oh Dios, sigo aquí sentado escribiendo y mientras tanto la brisa penetra a mi estudio gritando: ¡detente, detente tonto! Un simple momento, un…